La tecnología estuvo preparada para la pandemia y para el trabajo remoto
Sin duda una de las situaciones más apremiantes durante la pandemia del covid-19 fue el aislamiento que vivimos en muchos países en el mundo, en la mayoría de ellos impuestos por cada gobierno.
Cerraron las oficinas, negocios, dependencias públicas y se restringieron los medios masivos de transporte. El comercio de a pie se vio comprometido por la ausencia de compradores y muchos negocios tuvieron que cerrar por la falta de liquidez en su operación.
Pero sucedieron dos cosas importantes que no solo mantuvieron a algunas organizaciones en pie, sino que han cambiado la forma en que trabajamos, nos comunicamos y compramos; el trabajo remoto y la comunicación asincrónica.
La pandemia eliminó las reservas que muchas empresas tenían sobre el teletrabajo. Si bien es cierto que el arranque se dio por necesidad, muchas organizaciones han superado los problemas iniciales de conectividad y adaptación y han apostado a mantener un esquema con algún componente de tiempo de trabajo en remoto.
Esto abre oportunidades de trabajo que en condiciones normales son más difíciles, pongamos dos ejemplos.
El trabajo remoto como medio para generar empleo
Hace algunos años hicimos un proyecto para desarrollar un call center para que personas con discapacidad pudieran trabajar en remoto. Esto fue posible, porque para ese entonces, las herramientas de voz sobre IP open source permitían desarrollar un proyecto de implementación de este tipo a un costo más asequible. Hoy esa experiencia la podemos extender a un mayor número de personas.
El segundo ejemplo está relacionado con la forma en que la mensajería instantánea se ha vuelto un medio fundamental en equipos de coordinación en las áreas de ventas, proyectos y grupos de trabajo de estudio. WhatsApp es en Latinoamérica el canal preferido para gestiones, no es el ideal para grupos de trabajo porque en muchas ocasiones trasciende el espacio laboral, sin embargo para gestiones de venta y coordinación con cliente es efectivo porque hay millones de suscriptores y siempre se puede mantener evidencia.
Hablábamos de cómo la voz sobre IP tenía las herramientas para hacer un centro de contacto con agentes remotos, el mismo escenario lo podemos trasladar a la mensajería escrita a través de WhatsApp, de eso hablaremos en futuras entregas.